Mujeres que evitan reír, temen toser y hasta dudan en visitar a sus vecinas… La incontinencia urinaria, conocida comúnmente como «pérdidas de orina», es un problema frecuentemente ocultado por vergüenza y raramente compartido. Esta condición, que afecta profundamente tanto física como psicológicamente a las mujeres, se presenta en 1 de cada 4 mujeres en nuestro país, según el Dr. Çetin Kılıççı, especialista en Ginecología y Obstetricia del Hospital Acıbadem Altunizade.
«Por miedo a sufrir pérdidas en momentos inoportunos, las mujeres se aíslan socialmente. Evitan salir en público y desarrollan fobias. Cuando deben acudir a centros comerciales o espacios públicos, primero localizan los baños y permanecen cerca de ellos», explica. El Dr. Kılıççı destaca que, al ocultarse este problema incluso a los médicos por vergüenza, se pierden oportunidades de tratamiento temprano, cuando en realidad tiene solución si se detecta a tiempo.
«No quiero ni visitar a mi vecina», «Me da miedo salir», «No llego al baño a tiempo»…
Estas y otras quejas similares revelan un problema muy extendido pero poco comentado que afecta la calidad de vida. Muchas mujeres creen que son las únicas que lo padecen, cuando en realidad la incontinencia urinaria es muy común.
«Es un problema frecuente pero a menudo ignorado. Por eso es crucial reconocerlo, tratarlo o derivarlo al especialista adecuado. Estudios en nuestro país muestran que afecta al 25-45% de las mujeres», indica el Dr. Kılıççı. La frecuencia aumenta después de los 40 años, pero puede aparecer desde los 30 en mujeres con obesidad, partos difíciles o estreñimiento crónico.
«En mujeres que han tenido partos vaginales, el debilitamiento progresivo de los tejidos conduce a una mayor incidencia en la menopausia.»
Dos tipos principales
La incontinencia urinaria se manifiesta de dos formas:
- Incontinencia de esfuerzo: Pérdidas al toser, estornudar, levantar peso o hacer movimientos bruscos
- Incontinencia de urgencia: Necesidad repentina e imperiosa de orinar, más común con la edad
«El miedo a las pérdidas en público lleva a las mujeres a aislarse, evitar lugares concurridos o a ubicar siempre los baños cuando salen.»
¿Una condición inevitable? ¡Para nada!
Muchas consideran erróneamente este problema como una consecuencia normal del envejecimiento.
«Lamentablemente, la incontinencia aún se percibe como un problema infantil y vergonzoso. Sin embargo, al igual que la diabetes o la hipertensión, es una condición tratable», enfatiza el especialista.
Prevención
Para evitar estos trastornos:
- Mantener un peso saludable (la obesidad es un factor de riesgo importante)
- Tratar el estreñimiento crónico y la tos crónica
- Practicar regularmente ejercicios del suelo pélvico
Tratamientos modernos
Las soluciones varían según cada caso:
- Rehabilitación del suelo pélvico y medicación como primera opción
- Inyecciones de toxina botulínica en la vejiga cuando es necesario
- Cirugía mínimamente invasiva (colocación de cabestrillo suburetral) en casos resistentes
«Los cambios en el estilo de vida (control de peso, reducción de cafeína) y los ejercicios pélvicos son el primer tratamiento. En casos avanzados, la cirugía ofrece excelentes resultados.»
Cirugía laparoscópica: una solución efectiva
Para la incontinencia de esfuerzo, la técnica laparoscópica permite una intervención de 30 minutos con pequeñas incisiones.
«Gracias a los avances técnicos, la incontinencia urinaria ya no es una condición inevitable. Diagnosticada a tiempo, se trata fácilmente con una alta tasa de éxito», concluye el Dr. Kılıççı.