Trastorno alimentario, resumido como un hábito alimenticio que una persona desarrolla de manera que afecta negativamente su salud física y mental. Aunque este trastorno, que puede causar problemas tanto físicos como psicológicos, presenta diferentes tipos, generalmente está relacionado con la imagen corporal y el estado emocional del individuo. La psicóloga experta Jülide Unutmaz del Hospital Anadolu Health Center, quien señaló que la cantidad, frecuencia y tipo de alimentación cambian de forma poco saludable, declaró: «Según investigaciones, aproximadamente el 8% de la población mundial lucha contra trastornos alimentarios, siendo los adolescentes y mujeres entre 12 y 35 años los más afectados.»
El trastorno alimentario es un problema de salud multifacético y profundo que va más allá de los hábitos alimenticios. La psicóloga Jülide Unutmaz explicó: «En su base pueden existir muchos factores, como una percepción distorsionada de la realidad y del cuerpo, problemas de autoestima o experiencias traumáticas. Todo esto puede amenazar seriamente la salud general. Hoy en día, las presiones sociales intensificadas por las redes sociales pueden afectar negativamente la salud mental y física de los jóvenes. Por eso, es crucial concienciar sobre los trastornos alimentarios y aprender a protegerse de los posibles riesgos del mundo digital.»

La psicóloga Jülide Unutmaz del Hospital Anadolu Health Center enumeró los trastornos alimentarios más comunes:
Anorexia nerviosa
La persona experimenta un miedo intenso y persistente a aumentar de peso. Su percepción corporal está gravemente distorsionada, viéndose mucho más pesada y diferente en el espejo de lo que realmente está. Aunque tenga un peso bajo o ideal, se siente con sobrepeso y puede obsesionarse con perder kilos.
Bulimia nerviosa
El individuo pierde el control y consume grandes cantidades de comida en poco tiempo, seguido de conductas compensatorias como vómitos, ayuno o ejercicio excesivo. Este ciclo daña la salud física y mental, generando culpa, vergüenza e insatisfacción con el cuerpo.
Trastorno por atracón (Binge eating)
La persona come en exceso sin hambre física, sintiendo que no puede parar. A diferencia de otros trastornos, no hay conductas compensatorias, pero surgen sentimientos de arrepentimiento, vergüenza y depresión.
Trastorno de rumiación
La comida ya masticada y tragada regresa involuntariamente a la boca. Puede volverse a masticar, tragar o escupir, convirtiéndose en un reflejo repetitivo que causa problemas físicos y emocionales.
Pica
Consumo persistente de sustancias no alimenticias (ej. tierra, papel, pintura, jabón, etc.).
Trastorno de evitación/restricción de la ingesta (ARFID)
La persona evita comer o muestra extrema sensibilidad hacia ciertos alimentos, generalmente por su olor, textura o sabor.
Otros trastornos alimentarios especificados
Incluyen conductas menos conocidas, como despertarse de noche para comer, que perjudican gravemente la calidad de vida.