En su último concierto, después de declarar “¡no más escenarios!”, Sezen respondió a las preguntas insistentes con un “cuando a mi noble corazón le apetezca”. Y cumplió su palabra: no volvió a subir al escenario. Pero no se olvidó de escribir Canciones del Corazón del Pachá. El álbum ya está en el mercado y ha generado bastante revuelo.
Desde los vinilos, casetes y CDs hasta la era digital, Sezen ha salido airosa en cada época, con discos exitosos y muy comentados. Ahora, incluso las nuevas generaciones la tienen en la mira. Puede que ya no sea tan ágil como Ajda en esta etapa madura, pero sigue liderando en pensamiento y creación.
¿No fue acaso el legado musical de Onno Tunç lo que heredó naturalmente? Tiene un manifiesto, y también preocupaciones filosóficas sobre la vida. Dümenci prácticamente la retrata. Linç está llena de juventud y entusiasmo. Esa canción la hizo con su hijo, Mithat Can Özer. Es la que abre el álbum. Sezen es una maestra en cambiar de emoción. Por eso conmueve profundamente con Ey Aşk y Bana Sor, esta última dedicada a Ferdi Tayfur. Para compartir su propuesta musical y lo que desea conversar, nos invita a El Jardín (la canción más original del álbum). Hace años, describió La Luz Nace en el Este como “ni pop ni folk”. Ahora, su éxito se apoya en algún lugar entre Estrella de Mar y Su Nombre Está Guardado en Mí, ya sea a través del lazo con la filosofía o bajo el hechizo de un poema de Ülkü Tamer. Aun así, también hay canciones que invitan a bailar, como Rakkas. Y Soplo Seductor será, sin duda, la canción de las bodas campesinas —¡luego no digan que no lo advertí!

Es un álbum que puede no impresionar de inmediato, pero que se ama más con cada escucha. La variedad en los arreglos y los diferentes formatos de grabación pueden generar cierta incomodidad. Eso es una desventaja. Desde la era de las maquetas, buscamos una perfección integral en los discos. Pero si se escucha con un buen equipo y a alto volumen, el efecto se multiplica. Así era antes. Şinanay y Vamos Ya hacían temblar las calles. Estas no son canciones para los impacientes que preguntan: “¿A ver qué hizo esta vez?”
Piensa en él como los sabios consejos de una trovadora que ha dejado el escenario, que ya molió su trigo y colgó su cedazo. Aquella joven inexperta de No Llores ya no está. Su amor y su visión de la verdad han cambiado.
No hay por qué lamentarse diciendo “¿Dónde están esas viejas canciones?”. ¿No fue ella siempre partidaria de la innovación y el cambio? ¿No decía que había que decir cosas nuevas? Canciones del Corazón del Pachá es valioso por esa sola razón: porque siembra no solo amor y conciencia en los códigos de la sociedad, sino también transformación.
Mustafa İri